El lapislázuli ayuda a eliminar la angustia, el enojo, los celos, la tristeza y la incomprensión. Atrae buenas vibraciones de amor, calma y seguridad. Mejora el estado de ánimo en situaciones de crisis y traumas.
El apatito nos conecta con la comunicación. Reduce la irritabilidad. Aporta sinceridad y ayuda con los sentimientos de frustración. Mejora la concentración, la comunicación grupal y ayuda a hablar en público. Cuando se trabaja en proyectos ayuda en la gestión del tiempo. El apatito aumenta la creatividad, trae conocimiento a quienes se encuentren en sintonía con ella. Aumenta las reservas de energías y la motivación.
La amazonita promueve el sueño profundo y saludable. Tiene efectos calmantes sobre las embarazadas y el bebé, calma la ansiedad y el estrés. Alivia los traumas emocionales, calmando la preocupación y el miedo.
El jade ayuda a eliminar toxinas, contribuye al buen funcionamiento renal, fortalece las defensas y calma el sistema nervioso. Simboliza la paz y la serenidad.
La turquesa africana es una piedra que favorece el equilibrio en la comunicación y la expresión, además de potenciar la meditación y la intuición. Su energía suave y fresca la hace adecuada para los niños. También se considera una piedra sanadora y protectora que promueve el crecimiento personal, la claridad mental, la positividad emocional y la aceptación de los demás, lo que inspira confianza al explorar nuevas oportunidades en la vida.
